Lo que hoy no es, mañana puede ser
Ayer cumplíamos con la legalidad vigente con las 7 horas y media y hoy también, sin esa media hora diaria.
Lo que parecía imposible, ha resultado ser fácil.
Y todo a pesar de tan malos gestores centrales (y a pesar de sus ayudantes locales).
Y gracias a todos y a todas que con nuestra desobediencia escribimos, casi literalmente, hace un par de años:
“No obstante y a efectos de favorecer la conciliación de las vida familiar y laboral, y de facilitar el cumplimiento de los correspondientes turnos de trabajo, se establece un cuarto de hora de flexibilización en el horario previsto, tanto a la entrada como a la salida del trabajo”.
Chin, chin…