Durante toda esta semana, un total de 16 voluntarias del Personal de Limpieza de la Universidad de Zaragoza han confeccionado aproximadamente unas 500 mascarillas de tela en las instalaciones del CMU Pedro Cerbuna.
Este grupo de 16 voluntarias tienen que madrugar para iniciar su labor a las 6 de la mañana, como si de una jornada habitual de trabajo se tratase. Aunque en el CMU Pedro Cerbuna no está encencida la calefacción, cuentan con unos calentadores para templar el ambiente y poder cortar telas, hilvanar agujas y coser los elásticos que precisan sus mascarillas.
Además de aportar su trabajo, traen desde sus domicilios los materiales necesarios como máquinas de coser y tijeras.
Una vez confeccionadas, las mascarillas se lavan y desinfectan, se planchan y se entregan a la empresa para que las distribuya entre la gente que está trabajando en servicios esenciales para comunidad.
Trabajan protegidas con sus mascarillas en puestos de trabajo distantes uno de otro y, como si de una cadena de montaje se tratara, se distribuyen las tareas. Algunas tienen hijas e hijos entre el personal sanitario. A todas les une el deseo de arrimar el hombro ante una situación tan dificil como la que estamos viviendo.
Además de estas voluntarias, un total de 40 personas de la limpieza está trabajando en aquellos centros y servicios en los que hay actividad universitaria, especialmente en laboratorios y servicios esenciales.
Tras la orden del Rectorado para que la empresa contratista retirara el ERTE que había presentado ante la autoridad laboral que afectaba al 75% de la plantilla, han ido trabajando al 50% en turnos de una semana, desde el día 20 de marzo hasta el día 30 cuando llegó la orden de trabajar únicamente en aquellos servicios esenciales.
Ahora, aproximadamente un 85% del total de las 280 personas que compone la plantilla está «de permiso retribuido recuperable» y es previsible que a la vuelta «la empresa» les haga devolver ese tiempo, acumulando horas a su jornada diaria.
Nosotros queremos rendir un sincero homenaje a estas compañeras que, con su actitud, contribuyen a sumar valor social a la Universidad de Zaragoza.
También queremos rendir un homenaje a todas las trabajadoras y trabajadores que ellas representan, capaces de contribuir generosamente por el bien común, en los momentos más complicados.
Para todos ellos, va nuestro aplauso.