Sobre BlackBoard y Moodle

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Queremos informar sobre algo que consideramos importante para toda la comunidad universitaria: la posibilidad de cambiar la plataforma de cursos “online” (LMS) “Moodle” que la UZ lleva usando desde 2012, y que es software libre, gratuito y que funciona, por “Blackboard”, software propietario de precio considerable.

El texto ha de ser necesariamente largo, por lo que resumimos, en primer lugar, las ideas más importantes:

  • Gerencia ha confirmado en la Mesa de PAS que se está evaluando esa posibilidad.
  • Gerencia ha confirmado que ya se ha adquirido un sistema de “web conferencing” (vídeo) a esa empresa, “Blackboard Collaborate”.
  • Gerencia ha afirmado que no se tiene previsto hacer ninguna consulta a la plantilla al respecto.
  • Este cambio supondría, aparte de su coste económico, forzar a los usuarios a aprender a manejar otra plataforma y hay contenidos que puede ser imposible migrar.

En redes sociales y en pasillos circulaba el rumor de que se pensaba sustituir la plataforma “Moodle” por Blackboard. La relación comercial con esa empresa ya ha comenzado con la adquisición, por 10.000€ de una licencia limitada del sistema de “web conferencing” Blackboard Collaborate.

Hasta ahora se utilizaba fundamentalmente “Google Meet”, aunque los cambios en las condiciones impuestos por Google hicieron necesario contar con otra solución. Conviene recordar que con la licencia de “Microsoft Office 365 Education” se incluye también “Teams”, que es otro programa de “web conferencing”. Esta última licencia ha costado a la Universidad de Zaragoza casi un millón de euros para tres años. Además, tenemos soluciones basadas en software “opensource” como “BigBlueButton” que también se puede integrar en “Moodle”. Una solución “web conferencing”  “opensource” ya se ha instalado de forma experimental en la Universidad de Zaragoza, aunque no se ha desplegado como solución utilizable en general.

Este despliegue, indudablemente, conllevaría costes en cuanto hardware, y cabe la posibilidad de que las funcionalidades y calidad de servicio de “Blackboard Collaborate” justifiquen ese gasto anual, que no sabemos cuál será, pero cabe esperar que superior a esos 10.000€ de la licencia limitada.

Como ha confirmado Gerencia en Mesa de PAS, efectivamente se está evaluando la compra del LMS “Blackboard”. Lógicamente, no es posible saber el coste que supondría su uso a la Universidad, ya que depende de muchos factores y de qué condiciones se negocien. Se habla de que podría suponer un coste anual inicial de 200.000€ anuales (frente a 0€ de “Moodle”).

En el caso de que tal adquisición se llevara a cabo, cabe preguntarse qué ocurría con “Moodle”. La coexistencia de ambas plataformas supondría que, debido a la natural resistencia al cambio, y a la existencia de abundantes contenidos en “Moodle” introducidos por el PDI, sería probable que la plataforma nueva fuera muy poco utilizada. Por lo que, para amortizar el gasto, podría interesar cerrar definitivamente nuestro “Moodle”.

Llama la atención que se esté evaluando la adquisición de este sistema y los afectados nos tengamos que enterar a través de redes sociales, teniendo que, en última instancia, preguntar a Gerencia. ¿Se ha consultado a los técnicos de la Universidad? ¿Si es así, por qué no son públicos tales informes? ¿Dónde quedan las numerosas promesas de transparencia, las menciones al uso del software libre, del programa electoral del actual Rector?

Desde SOMOS nos oponemos a que el trabajo invertido en la implantación, mantenimiento y mejora de nuestra plataforma “Moodle” se deseche sin más. Igualmente, nos oponemos a toda externalización de servicios, que deja, una vez más, a la Universidad cautiva de empresas externas que podrán aplicar sus condiciones unilateralmente (como ya ha hecho Google). Incluso si “Blackboard” ofreciera funcionalidades no presentes o no implementables en “Moodle”, tampoco nos consta que tales funcionalidades hayan sido reclamadas por los usuarios.

Desde el punto de vista del PDI, ya una buena parte del profesorado tiene sus asignaturas preparadas en Moodle. Si tuviera que pasar a “Blackboard”, eso supondría:

  • Migración de los materiales desde Moodle a “Blackboard”, aunque parece ser que solo se puede migrar y, con paciencia, ficheros en PDF y HTML.
  • Parece ser también que se perderán recursos ya hechos como las tareas, exámenes, bases de datos de preguntas, etc.
  • Parece ser que, al menos, en la Facultad de Ciencias se han hecho aplicaciones dentro de Moodle. ¿Esto se podrá migrar a “Blackboard”?
  • ¿Se contará con apoyo técnico o como siempre cada uno tendrá que apañárselas como pueda?
  • Si hay apoyo técnico, de nuevo estamos usando más recursos públicos que se añaden a los ya mencionados gastos.
  • ¿Dejamos todos nuestros datos en manos de servidores externos a la Universidad de Zaragoza (aparte de lo que supone, esto es otro gasto)?
  • ¿Qué ocurre con todos los cursos que el PDI ha realizado para aprender a manejar Moodle? ¿Habrán servido para algo?
  • ¿Vamos a tener que comenzar de cero una nueva tanda de cursos para aprender a utilizar la nueva plataforma “Blackboard” (más costes ocultos)? ¿Los impartirá gratis la empresa encargada de este software o será un gasto más añadido?
  • Un buen resumen es esta frase: «My suggestion is to tell every instructor to start from scratch. This will give them a chance to learn Blackboard» (Mi sugerencia es decirle a cada instructor que empiece desde cero. Esto les dará la oportunidad de aprender Blackboard).

Lógicamente, a los estudiantes también les supondrá un inconveniente aprender el manejo de otra plataforma.

Conviene hacer notar también que, por ejemplo, en la DGA el LMS utilizado es “Moodle”. Toda formación docente en “Moodle” resulta útil para trabajar en cualquier institución educativa pública de Aragón. No así con “Blackboard”.

Recordemos también que actualmente se utiliza “Moodle” tras haberse desechado en su día, hace casi 10 años, “Web-CT” y “Blackboard”, a raíz de una moción del grupo de estudiantes AVANZA que fue aprobada por el Claustro.

En resumen, pensamos que en tiempos de crisis, en los que se intenta ahorrar hasta haciendo trabajar a la plantilla en malas condiciones climáticas, es realmente difícil justificar este gasto, que parece que podría traer más inconvenientes que beneficios. Una fracción de ese gasto podría bastar para mejorar las infraestructuras lo bastante como para posibilitar el uso de soluciones propias.